Con Lupus, Frederik Peeters no sólo ha consolidado la promesa que ya había anunciado en Píldoras azules, sino que además ha despuntado como uno de esos raros autores capaces de otorgar una impronta íntima, reflexiva y sumamente personal a sus trabajos de género, trascendiéndolos y enriqueciéndolos.Óscar Palmer.