Las marcas del agua cuenta la historia olvidada de una cofradía que intentó, en pleno siglo xvi, establecer un lugar donde reinara la concordia, aprovechando los viajes de Cortés, Magallanes y Luis de Carvaxal. Es una novela de arquitectura compleja y acoples finos, donde las injusticias del pasado parecen una alegoría del presente mexicano.