En el transcurso de estas reuniones es mi intención llegar hasta los resortes íntimos de la labor psicoanalítica y demostrar así que el psicoanalista trabaja; ante todo; con su inconsciente; dice Nasio; y después agrega que ello no significa de ningún modo que deba renunciar a la acción psicoanalítica; logrará trabajar con su inconsciente si adopta una posición activa. La caricatura del analista eternamente silencioso que deja que el análisis se despliegue según la voluntad de la palabra; es una imagen errónea. El autor se propone demostrar que los analistas trabajan de manera activa; y que no sólo dejan que la palabra actúe. Y expresa; además; que la consigna sería no simplemente la de un retorno a Freud sino la de un retorno a la necesidad de que el psicoanalista conduzca la cura.