Durante el siglo XVI la arquitectura de Nueva España fue la más importante del continente por su cuantía y calidad excepcionales. Son sus edificios religiosos los que han llegado en mayor número al siglo XXI. Se apoyaron en el ordenamiento civil del territorio y en la fundación de ciudades ya americanas, tanto como en la creación de hospitales, fuentes y acueductos para asentar y mejorar los espacios público. La presente obra actualiza el conocimiento, está basada en la vivencia profunda de los sitios y monumentos y en las restauraciones llevadas a cabo por el autor en muchos de ellos. Es una obra de investigación con antecedentes historiográficos fundamentales, aunque novedosa en sus implicaciones en cuanto a criterios culturales, urbanos y de los edificios.