Fue hacia fines de 1826 cuando el ministro de la guerra, Gómez Pedraza, pudo hacer maniobrar, en la plaza de armas de México, el primer batallón completamente armado y equipado según el gusto moderno o el modelo francés´. Así califica Claudio Linati, en su libro Costumes Civils, Militaires et Réligieux du Mexique, la organización del ejército a cinco años del nacimiento de México, como país independiente. Esa observación autoriza preguntar sobre el papel que jugó ´lo francés´ -hombres, ideas, mercancías y capitales- en la modernización del país, y a indagar su contribución en el tránsito de la sociedad novohispana a la nacional.áFruto de dos coloquios del proyecto ´México Francia´, este libro reúne veinticinco, estudios, articulados en cinco ejes analíticos (El inmigrante: imagen y realidad; De lo privado a lo público; La República de las letras; El medio de la Medicina; y Elites, familias e individuos), donde historiadores mexicanos y franceses abordan esa problemática. Además de utilizar la perspectiva mundializadora y la reflexión sobre las sensibilidades, ellos ponen a prueba una escala pequeña de análisis, la historia de vida, cuyos alcances cuestionan la historia tradicional que excluye la participación de actores extranjeros en la construcción de la nación.