En una historiografía como la del cine mexicano, todavía tan abundante en resquicios, pequeños huecos o de plano faltantes en algunos de sus aspectos, siempre es refrescante la llegada de una nueva obra que nos permita conocer algo nuevo, precisar o completar, una parte del conocimiento que tenemos sobre nuestro cine. Así se trate de una pequeña obra, sobre un aspecto que quizá parezca modesto frente a la monumentalidad de una historiografía que a veces se ha creído ya muy completa y muy exacta, por fortuna siempre hay nuevas posibilidades de enriquecimiento.áEste es el caso del libro Miguel Ruiz Moncada y el cine. El rescate de una historia para la cultura fílmica nacional, de Reyna Ochoa Ruiz, y en el que he tenido la oportunidad de colaborar desde que era un proyecto en gestación. Conocí a Reyna Ochoa cuando, después de un primer proyecto sobre su abuelo, presentado y no aprobado por el FONCA en aquel primer momento, decidió no darse por vencida con aquel primer tropiezo. Decidió entonces acudir en busca de asesorías y apoyos que le faltaban, tanto para definir mejor el proyecto como para fundamentarlo de mejor manera y poder llevarlo a su realización.