MIL Y UNA NOCHE, LAS

MIL Y UNA NOCHE, LAS

$ 340.00
Pesos mexicanos (MXN)
AGOTADO. Informes: Llame o Escribanos
Editorial:
EDAF MEXICANA
Año de edición:
ISBN:
978-84-414-1956-8
Páginas:
109
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Hace muchos, muchos años, hubo en la India y en la China un rey que se llamaba Sahriyar, era justo y bueno, pero un día enloqueció y se convirtió en un malvado tirano. Ordenó que le llevasen a las jóvenes más bellas de su reino, escogió a una y se casó con ella. A la mañana siguiente ordenó que la mataran, y enseguida escogió otra bella joven y se casó con ella. A la mañana siguiente hizo lo mismo: ordenó que la mataran y se casó luego con otra bella joven. Se pasó tres años casándose y ordenando que mataran a su nueva esposa, lo hizo tantas veces que tenía aterrorizado a su pueblo. Todo el mundo escondía a sus hijas o huía a otros reinos, hasta tal punto que ese país se quedó sin muchachas. Un día, el rey ordenó a su visir que le llevara a una bella joven, porque hacía unos días que había maridado matar a la última de sus esposas. El visir la buscó por todas partes, pero no encontró a ninguna. Al llegar a su casa, triste y asustado porque sabía que el rey se enfadaría con él y tal vez lo matase, lo recibieron sus dos bellas y jóvenes hijas. La mayor se llamaba Sahrazad y la menor Dunyazad, y las dos le preguntaron qué le sucedía. Cuando se lo contó, Sahrazad le dijo que la condujera ante el rey, que estaba dispuesta a casarse con él. Su padre, que había tenido escondidas a sus hijas para que el rey no pudiera verlas, se quedó horrorizado y le dijo lo que le iba a pasar y empezó a llorar. Pero Sahrazad, que era una mujer muy inteligente y que había leído muchos, muchos libros, lo consoló y le dijo que no se preocupara, que todo iría bien, que la llevase en presencia del rey, pero, para que no le pasara nada, su hermana tenía que ir siempre con ella. Así lo hizo el tristísimo y asustado visir. El rey Sahriyar, al ver a la bellísima Sahrazad, quiso casarse enseguida con ella. Al acabar la ceremonia de la boda era ya de noche, Dunyazad se acercó entonces a su hermana y le pidió que le contara una de las maravillosas historias que ella sabía. Al oírlo, el rey quiso saber de qué historias hablaba, y Sahrazad empezó a contarles la del caballo de madera.

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