Cuento que relata los juegos de Tato con sus latas. Es un canto a la creatividad, un viaje al imaginario mundo de los niños, una respuesta de compromiso con la vida. Tato aprecia el valor de las cosas por lo que significan para él y no por su precio de mercado. Desata la imaginación y sorprenden tanto los ocurrentes inventos de Tato como sus conclusiones de vida.