Monster Show (1993) es la historia, llena de jugosas anécdotas, del género de terror a lo largo del siglo XX, de su influencia a través de medios de expresión, que van desde la pintura y la fotografía al teatro, la televisión o la literatura, pero, sobre todo, de su gran divulgación a través del cine. El lúcido análisis histórico de esta obra plantea la hipótesis de que la ficción de terror ha cumplido siempre la función de recrear, como una inconsciente metáfora, los principales traumas y obsesiones sociales. Así, según Skal, la evolución del género de terror corre paralela a los miedos colectivos en cada momento.