Cualquiera que se haya detenido en las fotografías de Alberto García-Alix habrá apreciado la acertada sensibilidad de este artista para titular sus obras. Este pacto con la palabra no se detiene en la singular poesía de sus títulos, ya que también ha dedicado a la escritura una sostenida atención desde hace más de 20 años. En paralelo a su evolución como fotógrafo, García-Alix no ha dejado de escribir textos de diferente género e intención hasta llegar a su reciente producción en vídeo, donde palabra e imagen se funden con igual fuerza expresiva. Guiones, ensayos, cuentos, reflexiones y artículos sobre las grandes pasiones que le han acompañado -la fotografía, los amigos, las motos, los tatuajes, la música- conforman una obra marcada por un sangrante carácter autobiográfico. Moriremos mirando recoge la totalidad de la obra escrita de Alberto García-Alix entre 1987 y 2008.