La nota roja y la prensa popular son un sector traicionero de la esfera pública. En sociedades definidas por profundas estructuras de exclusión, lo mismo raciales, económicas o de género, como las latinoamericanas, los medios de comunicación están igualmente marcados por filtros culturales, prejuicios religiosos y candados políticos descomunales. Amplios sectores sociales no tienen acceso a otro espacio de visibilidad que su breve tránsito por la pasarela del aparato del escándalo o el imaginario que se desprende del crimen o el exotismo. Ante las cámaras de los talk shows, la nota roja y ocasionalmente los reportes de sociólogos y antropólogos, se produce el teatro de sombras por donde transitan los marginados.
