Este libro explora cómo los socios de la Cooperativa Minero Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato, que existía en la ciudad de Guanajuato de 1939-2005, investían su labor con significado en una época de globalización y cambios neoliberales. Analiza las prácticas de los cooperativistas y la importancia del patrimonio en sus conceptos de trabajo, parentesco y moralidad. La autora propone que el patrimonio, entendido como una idea de que ciertos recursos son posesiones inalienables de una colectividad local de generaciones, formaba y sostenía el sentido de identidad cooperativista.