Con un tono que evita cualquier gesto de emoción o de impostura que pudiera condicionar al lector, Carmen F. Galán rescata e interpreta en este libro un testimonio sobre esa perpetua guerra entre el signo y el olvido; es un testimonio enigmático y significativo no solamente por las ambiciones estéticas o políticas de su autor, sino también -y sobre todo- por las dimensiones de su derrota: concebido por un aristócrata para venerar la autoridad de la corona española sobre la Nueva España, este Obeliscus Zacatecanus... era una insólita columna de cantera erigida a un costado de la catedral zacatecana, detrás de la cual fue cifrado un verdadero enigma, un artificio muy propio del barroco novohispanoö.