La labor del orientador tiene muchos campos de acción: algunos tienen que ver específicamente con aspectos organizativos o académicos, pero otros revisten influencia en aspectos personales de la vida de los jóvenes estudiantes. Esta obra reconoce y apuntala la tarea del orientador a partir de las competencias que debe ejercer en su desempeño diario. En sus páginas se ofrecen herramientas prácticas para promover y consolidar la amplia gama de competencias de los orientadores educativos. Orientación para orientadores se divide en tres partes: la primera presenta un contexto general de orientación educativa dentro del marco del siglo XXI. La segunda parte ofrece una propuesta de los ámbitos de competencia del orientador: ser, hacer, conocer y trascender. En el apartado final se presentan estrategias de intervención para los ámbitos de competencia del orientador. Así, los profesionales de este campo encontrarán instrumentos para su práctica, pero también estímulos para afianzar su vocación, además de valorar y aprovechar sus más enriquecedoras experiencias.