La historia de México durante los siglos XIX y XX está marcada por dos grandes procesos revolucionarios. El primero se insertó en el derrumbe de la antigua monarquía hispánica. El segundo redefinió el papel de la nación, introduciéndola de manera original dentro del proceso de transformación global del nuevo siglo que nacía. Los dos grandes procesos revolucionarios, el independentista y el de la Revolución, se entrelazaron con una serie de otras microrrevoluciones regionales, locales, socioeconómicas, étnicas y religiosas, acompañando la larga transición de México de la edad moderna a la contemporánea.áEl doble aniversario, en 2010, de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, ofreció a los historiadores una fructífera oportunidad para repensar estos procesos, para intentar la construcción de nuevos caminos de debate, diálogo interdisciplinario y reconsideración de los problemas, las fuentes documentales, los métodos de trabajo, los procesos sociales, las periodizaciones.áEste libro subraya la necesidad de articular y entrelazar las miradas para no abandonar una investigación alrededor de los fenómenos fundacionales del México independiente y revolucionario.