?En la casa de Dmitrov habÃa dos grandes habitaciones. Una servÃa a Pedro de gabinete de trabajo, en la otra atendÃa SofÃa los quehaceres de la casa. Las dos habitaciones estaban separadas por un grueso muro en el que, según la costumbre rusa, se habÃa construido una estufa que calentaba ambos departamentos. Pero, como el combustible en el invierno era muy escaso, cerraba siempre SofÃa el acceso del calor a su habitación para que el gabinete de Pedro lo recibiese todo a fin de templar el ambiente durante su labor. Pero él descubrió pronto la treta y, cuando ella volvÃa la espalda, espiaba sin ruido hacia la estufa y volvÃa a abrir el cierre, hasta que SofÃa tuvo que renunciar al fin a ese recurso? (Rudolf Rocker: Revolución y regresión). Este Pedro, de apellido ruso Kropotkin, es de los tuyos, Luis Blanco, impagable amigo-hermano, persona indisoluble de su personaje al cual -asà como a Sócrates sólo le podemos pensar como filósofo- sólo podemos pensarlo como anarquista.