La deliciosa prosa de Juan Ramón Jiménez en su obra Platero y yo no tiene fronteras. Su esencia puede llegar al corazón de un niño con la naturalidad con la que el gran poeta andaluz la concibió. Por eso ofrecemos a los más pequeños esta respetuosa adaptación. Porque la magia de las obras clásicas es que continúan hablándonos después de los años con la misma fuerza.