Hay en la sencillez de esta historia privada u genui búsqueda del absoluto. Hay un afán terco como todos los afanes, de conocer el mundo, comprenderlo, asirlo. Terry Guindi es u mujer audaz y por donde pasa va dejando su deseo de encontrar el presente como u premonición de su pasado. Rodeada desde la infancia por adivis que la guiaron en su apego a la fantasÃa, esta mujer anda su mundo y mientras lo hace se va haciendo a sà misma, consigue que otros se miren en su asombro, lidia con la contradicción sin tomarse el aliento para mirarla, absorbe todo y de todo recoge u fantasÃa con la que teje las pasiones que la cobijan. Está empeñada en salvarse y su tiempo está tramado por el paso de todos aquellos que tengan algo que decirle sobre quién es y cómo lidiar con la vida. Lectoras de café, magas, videntes, sÃquicas, sadoras van por el libro como por el horizonte todo. Cartas, velas, caracoles, brujos, chamanes, videntes, curanderos deambulan de un plano astral a otro sin atender ni al pasmo de u lectora, como yo: escéptica de los pies a la cabeza. da es casual, dice este libro. Ni siquiera el aire, el viento, el agua, la energÃa. da es casual dicen las varias religiones que lo cruzan y que en él se entrecruzan. ¿Qué nos propone? Aprender a pedir, crear cÃrculos energéticos, trazar un camino fundado en el arte de permitir. Qué dificil, qué impensable para quien piensa que el azar nos rige como los sueños y el deseo. da es casual. Sentir esto y soltarse como quien vuela debe ser u dicha. Lo imagino.