Porque parece mentira, la verdad nunca se sabe: Antes de marcharse de casa, Salomón y Papías escupen a su padre, Trinidad, un mezquino tendero. En Remadrín, su pequeño pueblo, unos desconocidos se han robado las urnas el día de las elecciones. A las protestas multitudinarias sigue la represión del ejército, los muertos y los desaparecidos. Mientras se decide su suerte, un bamboleante camión de carga deja caer un muerto, otro, y otro más, por el sinuoso camino que sale de Remadrín.