Allí donde el sauce casi besa el agua un renacuajo se encontró con una oruga. Se miraron fijamente a los diminutos ojos... ... y se enamoraron. ´Me encantas´, dijo la oruga, ´prométeme que nunca vas a cambiar´. Y, con mucha inocencia, el renacuajo se lo prometió... Pero todos sabemos que los renacuajos cambian de aspecto, y las orugas también. ¿Cambiarán por eso sus sentimientos amorosos? Este cuento tragicómico, que narra con un ácido sentido del humor el ciclo vital de las ranas y las mariposas, hará las delicias de los niños. Y seguro que también encantará a los adultos.