La presente novela, que se ha convertido en un clásico moderno, constituye el testimonio de Antonio Velasco Piña acerca de Regi, un avatar que une la herencia cultural mexica con la alta espiritualidad del Tíbet. Gracias a ella, los dramáticos sucesos de 1968 en México pueden ser vistos como el paso hacia u Nueva Era -desde el sacrificio en Tlatelolco de la propia Regi junto con 400 mártires- y el resurgimiento de u ción. El testimonio es completado por El despertar de Teotihuacan, un relato que nos habla del poder de lo sagrado y la fuerza trascendental de la conciencia.