Del exilio, de editores y poetas, de una vida dedicada a la libertad y a las libertades, de eso trata esta nueva novela de Manuel Arroyo- Stephens. > Dejemos aquí plasmado para el lector en unas líneas el personaje de la novela según su narrador: ? Si había algo en él que me maravillaba era su manera de tocar los libros. Nunca supe cuál era el secreto de sus manos. El solía decir que le gustaba tan sólo presumir de viejo, pero no era cierto: también presumía de sus manos. Aunque las movía poco y muy despacio, uno las sentía siempre presentes de una manera apacible, callada, unas veces como dejadas caer al borde de la mesa, o atusándose las cejas cuidadosamente con la yema de los dedos, otras, en fin, caídas lánguidamente, una encima de la otra, sobre el regazo o las rodillas [...] Tal vez el secreto de aquella elegancia era la delicadeza conque lo tocaba todo, como acariciando siempre, con los dedos extendidos, con la mano entera. ?
