Con esta novela epistolar Tabucchi renueva una ilustre tradición, si bien rompiendo sus códigos y pervirtiendo el género. Poco a poco nos damos cuenta de que algo «no funciona» en todas estas misivas: el paisaje se desplaza ante nuestros ojos, los tiempos se vuelven del revés, como si las cartas llegaran anticipadamente o con retraso al propio mensaje que transmiten; como si los destinos de los hombres según exige el Mito, siguieran sin encontrarse. El conjunto es un extraordinario recorrido por las pasiones humanas -el amor como ilusorio punto central- la ternura, la sensualidad, la nostalgia, diecisiete cartas de personajes masculinos a otras tantas figuras femeninas, pobres voces monologantes, ávidas de una respuesta que nunca llegará. Y una voz femenina distante e implacable, rebosante de pena.