En la amplia obra de Hermann Hesse destaca Siddharta , novela que condensa el deseo de hallar una senda espiritual para sobreponerse a la visión desesperanzada de un mundo colapsado por la Primera Guerra Mundial. El conflicto bélico dejó el amargo sabor del desencanto y conmocionó la conciencia occidental. Con los ojos vueltos hacia el Oriente, Hesse encontró en el brahmanismo y el budismo de la India la posibilidad de acceder a ciertas modalidades del conocimiento para enriquecer la vida interior. Se convenció de que toda búsqueda espiritual inicia dentro de nosotros mismos. Siddharta (1992), basada en la vida del joven Buda, llega a la conclusión de que todo en la vida es apariencia: se puede comunicar el saber, pero no la sabiduría. Sólo así se está en camino de la perfección tan anhelada.
