Esta es la segunda novela del argentino Roberto Arlt y es una de las primeras narraciones en las que hay una fuerte tendencia poítica. A las preocupaciones sociales se une la desgarradora visión del mundo del más agudo observador entre los escritores de su época, y quien representó virtudes y defectos con una visión no por desgarradora, pesimista y que pintaba a los seres humanos en su caricatura más grotesca, es menos real e intensa.