Uno de los valores de Los sonidos del viento, la obra coral inaudita. Del altiplano a la Chiquitania, es el recorrido que Alberto Carvajal propone y nos revela a partir de la cartografía de una inmersión a cinco siglos de distancia de la Conquista de las Américas,á Guerra in Declaración, ¿a quién si los nativos carecían del alma? Invasión que se transformo en la más grande y feroz migración sin Ley Migratoria (Galeano dixit). Pero si no hubo Parte de Guerra, si hubo partituras, las que, entre otros, noá dejaron de copiar con febril vehemencia los propios nativos de las Reducciones Jesuíticas en el Amazonas: retazos de hojas, reverso de cartas oficiales de la Colonia, todo sirvió para pautar la crónica musical de la barbarie.áA la no-Declaración de guerra hubo en respuesta un acto amoroso: transcribir y cantar ¿Qué encontró Carvajal? Más allá de los sincretismos, moneda de cambio para el llamado ecoturismo, dio con la memoria sonora abonada en el viento, en las montañas en los arboles, en los ríos, en las lagunas, dio con el barroco amazónico, aquel de los ecos que uno lleva , y también dio con la fineza infinita del sabor a limón que baja y sube la cordillera Andina, en fin, dio con un paisaje-registro-memoria, con el territorio donde se funda el ser social de nuestra América. Con esta memoria, en tanto objeto sónico en mano, o mejor dicho en el oído, el autor discute su ser causa morfogenética de identidades, hacedora de hombres, y una de las principales agencias de los movimientos sociales descolonizantes que desde hace más de dos décadas surgieron desde la tierra en defensa del territorio y sus riquezas. Voces y cuerpos invisibilizados, habitantes de las regiones amazónica y andina bolivianas, quienes obligaron al Estado a declararse plurinacional. Los sonidos del viento , es un escrito que dibuja el contorno del campo sonoro que no solo es el fondo de la acción social, sino que dadas ciertas circunstancias, la inaugura: si la música es la medida del tiempo, lo que entonces parece inaugurar de manera primaria y presimbólica es el tiempo social. El presente libro incluye un CD con el que el autor invita a realizar la experiencia que hizo: caminar el paisaje sonoro, así ver y sobre todo escuchar los sonidos del barroco amazónico y las disonancias del viento andino.