El llamado Síndrome del Niño Emperador es un tema que se ha puesto de moda, aunque el problema no es nada nuevo. Al pasar del autoritarismo a la permisividad algunos niños han perdido la referencia de lo que está bien o mal, o lo que es peor lo saben pero no les importa, porque no tienen sentimiento de culpa. No solo hablamos de niños malcriados, sino también de jóvenes que se convierten en pequeños dictadores que no aceptan un NO por respuesta. Hay que preocuparse cuando el niño hace rabietas y acaba ganándolas. Poco a poco se dará cuenta que por la fuerza consigue lo que quiere, cambiará el diálogo por la imposición y dejará de ser cariñoso para convertirse en un tirano.Con esta obra pretendemos ayudarle a establecer límites y a propiciar el dialogo para prevenir el Síndrome del Emperador. Y recuerde Dónde hay afecto y comunicación no hay lugar para la violencia.Con esta obra pretendemos ayudarle a establecer límites y a propiciar el dialogo para prevenir el Síndrome del Emperador. Y recuerde Dónde hay afecto y comunicación no hay lugar para la violencia.