Río de Janeiro, invierno de 1987, Dos días antes de dar el mayor concierto de su vida ante cerca de 200 000 fanáticos, Sing y su esposa Trudie abordan un automovil frente a la entrada principal del Hotel Copacaba Un hombre está al volante y, desde el asiento del copiloto, u mujer le informa a la pareja inglesa que tardarán un hora y media en llegar al lugar de la ceremonia. También les ruega que mantengan la calma. Y más que ayudarlos a mantenerla, el comentario de la mujer alarma sobre todo a Sting. ¿Estarán cometiendo un error en acompañar a esos extraños ? Han sido invitado por u secta cristia sincretista a probar la droga de la ilumición, la hierba visioria de la ayahuasca, utilizada en territorio amazónico desde hace milenios tal vez. Sting ha leído las drescripciones de Ginsberg y Burroughs sobre los efectos de la misma, se ha documentado como el que más y , aún así, siente miedo, mucho miedo, dado que él sólo ha probado ´ drogas suaves ´ en un par de ocasiones, Además, su estado emociol está lejos de parecer ideal, pues poco tiempo atrás han fallecido su padre y su madre y él ni siquiera pudo asistir a los funerales por el temor de convertir las ceremonias en un botín para la prensa sensaciolista. El recorrido ha llegado a su fin.
Una construcción muy distinta a lo que un europeo concibe bajo el término ´ iglesia ´ se levanta ante ellos en medio de la selva, con techos de lámi y cientos de persos que esperan en las inmediaciones. Los distinguidos visitantes son recibidos por un hombre que los conduce al interior del templo y les pide que se sienten. Pocos minutos después, Sting y Trudie beben u extraña sustancia maloliente y la pesadilla comienza . Una usea atroz les impide hablar. Sting sólo puede eferrarse a la silla para evitar el vómito. Y luego sobreviene el dolor intenso, la sensación de estar cerca de la muerte, de ser poseído por algo mucho más fuerte que su voluntad. Cuando cree que ya no puede resistir por más tiempo, cierra los ojos y llega la visión. Sting mira un combate desde u trinchera siendo, no la superestrella de rock, sino un niño llamado Gordon Sumer. La aventura existencial ha comenzado y, desde ella, Sting relata su vida como muy pocas persos han logrado hacerlo. Lejos de tratarse de un negocio más, de un producto en el historial de u megaestrella de rock, estas memorias de Sting proporcion, desde las primeras págis, la certeza de que se trata de u obra seria, de u exploración persol dolorosa, sincera e intensa. El estilo literario supera por mucho el de algunos escritores reconocidos y, sobre todo, se advierte su escritura como u necesidad iplazable, u suerte de ajuste de cuentas consigo mismo. Así, Sting relata los pormenores de su vida familiar, sus primeros años de escuela, lo recorridos en que acompañaba a su padre a repartir lácteos de madrugada y hasta episodios que lo marcaron para siempre, como el descubrimiento in fragantí del adulterio de su madre. Así con un ritmo digno de admiración y muy lejos del brillo, el glamour y el pseudoendiosamiento con que muchos abordan el tema de su propia vida, Sting nos lleva hasta su salida del grupo The police, cuando cuenta aproximadamente con 25 años de edad. Obra de excepción, Broken Music de Sting > deja en el lector la certeza de haber escuchado a un hombre que conversa en la intimidad de la sala de su casa con u copa de vino entre las manos, no a un superestrella habituada a las conferencias de prensa y a cuidarse las espaldas. ´ Escucharlo ´ en estas págis es un privilegio.