Antoni Tapies es uno de los máximos representantes de la pintura actual, no sólo en el ámbito estatal, sino a escala mundial. Es un personaje que ha alcanzado una importancia indiscutible en el marco de la pintura contemporánea, tanto es así que no se podrían comprender muchas de las manifestaciones artísticas posteriores a él, sin haber revisado su obra.
Antoni Tapies nació en Barcelona el año 1923 bajo la dictadura de Primo de Rivera y en el seno de una familia burguesa catalana; su padre, Josep Tapies i Mestres se dedicaba a la abogacía, así que lógicamente Tapies tuvo que estudiar Derecho, carrera que empezó en el año 1943 y que abandonó en 1946, año en el que empezó a dedicarse a la pintura. Un año después, gracias a relacionarse con el artista Gabino, en una exposición del mismo, Tapies tuvo la posibilidad de conocer al Grupo dels Blaus, que estaba relacionado con la Asociación Excursionista del mismo nombre, cuya sede se encontraba situada en el barrio de Sarria.
Allí conoció a Joan Ponc, August Puig, Tort y Josep Vicenc Foix, el célebre poeta vinculado al movimiento surrealista durante los años 20 y 30. En este grupo se hallaba también Joan Brossa, un poeta, que gracias a los sabios consejos de Foix, había abandonado la tradicional y anticuada poesía de Verdaguer, sustituyéndola por una poesía ?donde frases extraídas del uso popular y montadas de una manera insólita producían un efecto de prestidigitación lleno de sentidos ambiguamente polivalentes?.
La amistad que Tapies entabló con Brossa duraría muchos años; de hecho, había muchas cosas que les unían, entre ellas, la mutua afición por la música de Wagner y Brahms.
Poco a poco, Tapies fue entrando en un círculo de personalidades importantes en el mundo del arte, llegando incluso a conocer a Joan Miró, gracias a la intervención de otro personaje que sería decisivo en la vida del artista, Joan Prats. Gracias a éste, Tapies pudo tener entre sus manos revistas como Minotaure, en la que los surrealistas publicaban sus escritos. Este hecho contribuyó decisivamente a que este grupo de jóvenes empezara a sentirse identificado con el movimiento surrealista.
En la atmósfera podía percibirse que se estaba gestando algo; aún no se sabía qué, pero la cierto era que se estaba formando un ambiente propicio para que estos jóvenes desarrollaran sus capacidades más intrínsecas.
Entre ellos se hallaba Tapies, de quien vamos a plantear su trayectoria artística, desde sus inicios hasta las obras actuales.
Como hemos apuntado, Tapies abandonó la carrera de Derecho para dedicarse a algo que sentía que le llamaba desde su interior más profundo, la pintura. Incluso antes de la fecha oficial de su comienzo como artista, el año 1945, Tapies ya había realizado algunos retratos de su madre y de su hermana Maria Angels, así como unos cuantos autorretratos, temática que no abandonará nunca del todo en su trayectoria artística.
Los primeros guardan cierta relación con los retratos del Fayum, caracterizados por la unión de las cejas y una mirada ciertamente hipnotizadora.
