Para el autor de Teorí,a del Derecho Procesal, el conocimiento teó,rico del derecho debe ser la base del conocimiento prá,ctico, porque el puro conocimiento teó,rico del derecho es una sinrazó,n, pero el puro conocimiento prá,ctico es una desgracia.
Todo libro es en parte la historia de su creador : en é,l plasma sus experiencias vividas. En esta obra, el autor expresa su experiencia en la cá,tedra universitaria y en la prá,ctica de la abogací,a en los tribunales. Para Santiago A. Kelley, el ejercicio de la abogací,a es una inagotable fuente de inquietudes, porque la vida forense supera lo má,s prolijo de las imaginaciones.
La misió,n del abogado consiste en hacer ministrar pronta justicia a aquel que le confió, su suerte, y dado que el instrumento para administrar justicia es el proceso, debe conocerlo perfectamente, desde los aspectos má,s generales y teó,ricos, hasta el ú,ltimo pormenor, porque algunas veces un trá,mite que pudiera parecer insignificante, hecho a tiempo significa la diferencia entre obtener una sentencia favorable o no.
Cuando analizamos una sentencia, la vemos como el ceremonial de la justicia, pero la sentencia es solamente la envoltura final externa, hacia dentro existe un contenido profundo, y algunas veces angustioso, de acciones, excepciones, defensas, té,rminos, pruebas y recursos, es decir, aspectos teó,ricos y prá,cticos que dieron la forma a la superficie. Así,, todo proceso surgirá, de un centro , la envoltura final, que es la sentencia, só,lo reflejará, el relieve que viene desde dentro y es el que determina el contorno final.