Anita, la huerfanita, ha venido a quedarse a nuestra casa, y lava las tazas y lava los platos, y recoge las migajas, y ahuyenta a las gallis del porta, y limpia el fogón, y barre, y enciende el fuego, y hornea el pan, gando su comida y hospedaje: Y todos nosotros, que también somos niños, cuando la comida está lista, nos divertimos muchísimo sentados junto al fuego de la coci, escuchando los cuentos de miedo que Anita nos suele contar.