Tú crees que si fueras capaz de expresarte y de explicar qué quieres decir, tu pareja no se enojaría tanto. Tú crees que si no tuvieras algún inexplicable problema de percepción, tu pareja no se tomaría las cosas tan a pecho y te sentirías mejor. Tú crees que si no malinterpretaras todo ni hicieras un drama por cualquier cosa, la relación mejoraría. Tú crees que tu pareja se comporta igual en el trabajo y con los amigos, pero que ellos no son tan quejumbrosos ni tan mandones como tú. Tú te sientes culpable, desorientada, confusa.áTú crees que tienes un problema.áY lo tienes. Un problema grande: tu relación es tóxica para ti. Es demasiado intensa, invasiva, posesiva, exigente, tirana, como un fuego avasallador que todo lo devora. Próxima pero ajena, familiar pero extraña, amante pero enemiga.áTodo parece difuminado en una espesa niebla de confusión: no entiendes cómo has llegado a esepunto, por qué te sientes tan mal, en qué momento erraste los pasos y te desviaste del camino, para acabar perdida en un paisaje árido que no reconoces como familiar.áHa llegado la hora de que tomes de nuevo las riendas de tu vida. A menudo te sentirás sola, a veces asustada, pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de volver a ser tú misma. Porque amar no es depender, ni sufrir, ni inmolarse.