Es común que cuando se realiza un proyecto de planificación turística se busque obtener la máxima rentabilidad a corto plazo, pero no siempre se consideran los efectos negativos que una planificación inadecuada puede producir sobre el ambiente natural y el patrimonio cultural de cualquier región del mundo. Estos efectos pueden evitarse o atenuarse si se planifica de manera integral, valorando tanto los aspectos de mercados, financieros, técnicos y de ordenamiento territorial, como los ambientales. Luis Casasola analiza todos esos factores con la intención de promover una actitud ecologista más racional entre quienes participan en el desarrollo del sector turismo, y por ello plantea el papel del ecodesarrollo como una opción invaluable para el logro de ese objetivo.