Javier Mossen, un escritor que vive en el barrio judío de Once, es un protagonista ubicuo en las ficciones de Marcelo Birmajer. Conservador, judío en perpetua confusión, desencantado pero vital, tan trágico como humorístico, su particular punto de vista le ha permitido transmitir a los lectores una catarata de más de mil páginas de singulares historias de amor, en su mayoría encuadradas dentro del régimen matrimonial. En esta última entrega de historias de hombres casados, Mossen ocupa primordialmente el rol de narrador. Tal vez porque se acerca peligrosamente a los cuarenta y ha madurado -aunque más probable es que sea porque se ha cansado de sí mismo-, Mossen pone su prosa transparente y chispeante al servicio de romances y desengaños ajenos. Así desfilarán por estas trescientas páginas finales el amor en la tercera edad, el amor con una mujer fea, la falsedad oportunista de los supuestos bohemios y vanguardistas, el sentido del dinero, el voyeurismo, y tantas otras adherencias de la pasión, cuando se cruza con el ritual y la ley. Los escenarios, siempre con base narrativa en el Once, se extienden al Sur y al Norte de la Argentina, a Israel, a Latinoamérica, movidos como por un puntero enloquecido a causa de las crisis económicas, las guerras del pasado o la persecución de un psicopáta enamorado. En definitiva, no mucho más ni mucho menos, con suspenso y risa, acción y emoción, historias de amor.
