El entorno actual en nuestro país ha venido complicando para todos los que tenemos la tarea de dirigir, alcanzar las metas y objetivos que nos aseguren la permanencia de las empresas en las que colaboramos y su crecimiento con la finalidad de competir globalmente. La apertura comercial y el desarrollo tecnológico en las últimas décadas, trajeron como consecuencia la necesidad de hacer reingeniería de los negocios, lo que dio origen a la reestructura de las organizaciones y al doloroso resultado del despido de cientos de empleados con el fin de lograr la supervivencia de las empresas en el corto plazo y de ahí sentar las bases para asegurar su competitividad y el empleo. Si bien es cierto que buscamos fundamentalmente la calidad de vida en el trabajo, las acciones que emprendimos parecen contradictorias para alcanzar este objetivo, asimismo los recursos para el desarrollo de nuestro personal cada día han sido más escasos lo que hace que para realizar esta tarea tan prioritaria requiramos de fórmulas innovadoras que concreten planes de acción con resultados casi inmediatos que permitan tener un clima laboral sano y un efectivo trabajo en equipo. De ahora en adelante, con estructuras de organización muy esbeltas tenemos que hacer con mejores resultados lo que hace apenas unos cuantos años hacíamos con recursos generosos. El Programa Personal de Desarrollo contenido en el libro Un proyecto de vida para directivos: planeación de vida y carrera de trabajo, de la Lic. María Elisa Acosta González contribuyó en forma muy significativa para poder continuar con nuestros planes sobre los dos objetivos más importantes de nuestra vida: lograr nuestra autorrealización como seres humanos y usar nuestro tiempo para lograr una serie de metas específicas de vida, que además impulsa nuestro crecimiento y desarrollo dentro de este difícil entorno y así mejorar nuestra calidad de vida en el trabajo.
