Combinando un muy amplio conjunto de temas y armado con lo mejor del conocimiento que nos aporta la ciencia, Davies concluye, como científico, que ´probablemente seamos los únicos seres inteligentes de todo el universo´, aunque como ser humano sintiente y emocional, quiere creer ´en un universo en el que abunda la vida inteligente´. Una ambivalencia de sentimientos que probablemente nunca se disolverá, salvo, claro está, que alguna vez encontremos vida inteligente en otro lugar del Universo.