En la presente obra, Randall Wray, economista poskeynesiano internacionalmente reconocido, muestra cómo se gestó la crisis financiera que estalló en 2008 en Estados Unidos a partir de la hegemonía de los llamados por Hyman Minsky, ´administradores de dinero´, y su impacto en América Latina, donde aumentó en nueve millones el número de pobres, cinco de ellos a nivel de indigencia, y el PIB se redujo en 1.8 por ciento. Si bien países como Brasil hicieron frente a la crisis gracias a su economía doméstica y al empleo generados por la política fiscal y la banca de desarrollo, la economía mexicana decreció y el gobierno federal se preocupó por cerrar el déficit fiscal en lugar de reactivarla. Al respecto, Wray también plantea un programa de pleno empleo con estabilidad de precios, donde el gobierno actúa como empleador de última instancia durante las recesiones económicas.