Algo que parece imposible. La Saga de Andere en esta novela semibiográfica o en esta biografía seminovelada no trata de un logro sino de un esfuerzo y en ese sentido, constituye una invitación. Hay títulos que, al ser enunciados, transmiten los valores esenciales del ser humano y la forma específica de vivirlos por cada individuo. Andere muestra la lucha vital personal por afianzar estos títulos, que miran a su esencia. Pero hay títulos que, por razones históricas y sociales, tienden a disfrazar la esencia y a categorizar -fragmentar- al ser humano. Jorge Andere da cuenta en ´Una vida sin títulos´ de las vicisitudes que le llevaron, primero, a tomarlos como bandera de su crecimiento y del camino a su destino y después, a irse desapegando de ellos, en eventos vitales que dejan su psique en carne viva. En un contexto literario realista, vivamente narrativo, no presenta su vida como un camino sin solución de continuidad, sino, más bien, toma los escenarios más significativos como bloques para construir su ´Vida sin títulos´. Relaciones familiares entrañables, obligaciones y compromisos con grupos sociales en el trabajo y en la religión, la vivencia amorosa que desembocó en sus hijos y en su paternidad y también aquella que le desveló el placer erótico y la búsqueda de cien mil títulos, los que siempre ha buscado la humanidad, cumpliendo la sentencia bíblica ´No es bueno que el hombre esté solo´ y en fin, situaciones limite que le presentan a la muerte como un personaje inevitable y en cada narración, la dinámica interna, analizada con el ´Doc´ y la mirada nueva que le conduce a abrazar los valores esenciales. Este proceso, además, juega con el tiempo y, cosa excepcional en una biografía, proyecta al personaje hacia el futuro y hacia el fin deseado, después de haber casi tocado fines no deseados. Esta obra de Jorge Andere cobra el interés del lector porque va por el camino universal del riesgo, el choque y el desprendimiento. Nadie puede dejar su vida desprovista de títulos si antes no los sintió pegados a su carne y a su espíritu y si después no vivió el espejismo de pretender usarlos como escalón hacia la realización.