En la época virreinal, en 1545, súbditos de la Corona española tuvieron la fortuna de descubrir la plata del cerro rico de El Potosí, en el actual estado nacional de Bolivia en América del Sur. Las fabulosas riquezas de la gran montaña roja que devoraba hombres como lo escribió el historiador estadounidense Peter J. Bakewell, tejieron alrededor de esa montuosidad y de la villa Imperial asentada en sus faldas muchas historias y leyendas. Sumaj Orcko (en quechua ´cerro rico´) tenía la mina de plata más rica del mundo. Una frase acuñada en España decía: ´vale un Potosí´, para referirse a una cosa, situación o persona de un gran valor; frase emparentada con otra similar: ´vale un Perú´, referida a las grandes cantidades de oro que los conquistadores encabezados por los hermanos Franciscos y Gonzalo Pizarro rescataron del reino de Atahualpa.áHay elementos en común entre Potosí y Zacatecas, de ésta descubiertas sus minas un año después, en 1546, respecto a las de la villa imperial. Zacatecas llegó a formar un binomio de importancia económica crucial para la Corona española junto con Potosí. Zacatecas recibió privilegios de Felipe II: título de ciudad en 1585, y de muy noble y leal y blasón en 1588.áEs por ello que el título ´Vale un Centenario´ tiene denotaciones y connotaciones que implican, para la ciudad zacatecana, el estado y también para el país, conmemorar cien años de la Batalla de Zacatecas o Toma de Zacatecas, acontecimiento que cambió el rumbo de la revolución mexicana iniciada en 1910.áEn este libro participan historiadores y estudiosos de otras áreas del saber, con un enfoque de extensión y difusión del conocimiento en la disciplina histórica.