La enseñanza y práctica de la psicología y el psicoanálisis discurre en un contexto neoliberal que se orienta hacia una sociedad de control. Este escenario ha sido configurado por saberes y discursos de los mercados que han encontrado en la técnica su vía de materialización con el objetivo preciso de depredar al sujeto, los recursos naturales, el medio ambiente y el orden simbólico de la sociedad de manera intensiva como una forma suprema de acumulación de capital. La consecuencia de ello, en el mundo ´psi´, ha sido la afirmación de una tendencia que inhibe el orden conceptual y relaja el rigor epistémico -alentando, incluso, el eclecticismo y sincretismo disciplinario- en los discursos psicológicos. Lo anterior se constituye en un reto para la psicología y el psicoanálisis, pues la manera de posicionarse y enfrentar el presente y el futuro de la sociedad los hará viables como prácticas y campos disciplinares que ofrezcan al sujeto espacios para la palabra y una nueva forma de ser o de asumir la existencia en el tiempo.