Mis queridos lectores: Pido a Dios que nunca tengan que sufrir el desengaño que yo experimenté al descubrir la falsedad de los testigos de Jehová.
Le doy gracias a Dios por su bondad y misericordia, ya que me salvó de hundirme en el ateísmo, como les suele suceder a casi todos los que abandonan la secta de La Atalaya.
Yo, que viví en la Iglesia Católica durante 28 años, y después fui enemigo enconado de ella, he vuelto al seno de la misma.
Soy católico, y deseo reparar de alguna manera el daño que hice, escribiendo para alejar a las ovejas del redil de Cristo, contra los falsos profetas llamados testigos de Jehová.
El autor fue miembro de la secta de los Testigos de Jehová durante 13 años y en ella llegó a ocupar altos cargos como dirigente. Tras descubrir sus malos manejos y falsedades, abandonó la organización.
En este libro relata su experiencia y vivencias en esta secta religiosa, en su septima edición.