El ejercicio de la argumentación, en la actualidad y en el contexto nacional, dista de ser un intercambio de opiniones y posturas. La argumentación es considerada como una lucha entre poderes discursivos.En consecuencia, la argumentación es poco cultivada; no obstante al ejercer la capacidad para discutir racionalmente, nuestras competencias comunicativas adquieren mayor fuerza. Debemos ser competentes para expresarnos y argumentar, pero también para comprender lo que los otros dicen. Argumentar tiene que permitirnos llegar a conformar sociedades más racionales y felices en el sentido de que es posible llegar a acuerdos en los que todas las partes sean incluidas.El enfoque de este libro y la serie que lo antecede y lo prosiga, dista de ser normativo; se orienta más hacia el desarrollo de competencias comunicativas y no al aprendizaje memorístico de conceptos y categorías, aunque se mencionen. Esto se logra a través de:Dar mayor peso a las actividades, a la práctica que a la teoría, aunque no la descuida.Sugerir actividades que promueve la argumentación entre los alumnos a partir del análisis de textos.Proponer actividades y textos de interés para los estudiantes.á