Existe mucha duda y desorientación sobre el diezmo: ¿Cuánto es?, ¿A quién se le debe entregar? ¿Para qué se debe destinar? Ese desconocimiento lleva a que muchas veces no se le dé importancia a un tema que bien entendido, es un camino de fe, libre y espontáneo y que conduce a una gran bendición. Dice la Palabra de Dios en el libro del Eclesiastés en el Capítulo 3, que hay un momento para todo cuanto ocurre en esta vida, y tal vez éste sea el momento que Dios ha tenido preparado para ti, para que conozcas la verdad sobre el diezmo y comiences a vivir también una vida de abundancia, a través de esta práctica santa, de apoyo a la evangelización, a fin de que se extienda el reino de los cielos entre los hombres. Te invito a que leas este libro, desprovisto de todo prejuicio, y que con una mirada objetiva, pienses que si decides comenzar a diezmar, o reforzar tu idea del diezmo, lo hagas en el sitio donde el Señor haya señalado en tu corazón, sin que nadie intervenga en tu propia decisión. Recuerda que Dios respeta por encima de todo, la libertad del hombre.
