Si compartimos con los demás aquello que poseemos, en vez de acumularlo para nuestro uso privado, contribuimos a crear una sociedad en la que a todos nos será más agradable vivir. Sin necesidad de recurrir al dinero, la generosidad es actuar pensando en el interés de los demás y no sólo en el nuestro, sin esperar nada a cambio. Hemos de aprender el arte de las caricias invisibles, el de compartir, devolver, ofrecer nuestro tiempo, es decir, aprender a dar más. ¡Pero no tengas miedo! ¡Es muy fácil!áSegún diversos estudios realizados en el ámbito de la psicología positiva, si bien ser generoso contribuye a la felicidad de los demás, ¡sobre todo nos hace felices a nosotros mismos!áEste cuaderno recoge un tesoro de ideas para desarrollar la generosidad y, a medida que la practiques cada día, para que se convierta en un verdadero arte de vida. Gracias a estos ejercicios fáciles, a las citas y a los pensamientos positivos, ¡podrás pintar tu vida diaria con nuevos colores y, sobre todo, dar! ¡Sin más!á´Procurando el bien de todas las personas, por encima del nuestro exclusivamente, la generosidad contribuye a crear un mundo mejor, ¡del que también nosotros nos beneficiamos!´Yves-Alexandre Thalmann
