¿Qué pasaría si desoyéramos todas las convenciones -sociales, éticas, religiosas, legales- y nos dejáramos llevar por el lado más salvaje de nuestra personalidad? ¿Qué pasaría si nos dedicáramos por completo a la satisfacción de nuestros deseos, sin aceptar freno alguno por más destructivos (y autodestructivos) que nos pongamos? Esta memorable novela de Robert Louis Stevenson es una alegoría moral, un relato de misterio que sucesivas generaciones de lectores han convertido en un clásico de la literatura universal.