Advierto al lector que esta es u presentación inusitada y poco común. Seguramente pocas son las ocasiones en que un padre haya pedido a su hijo le escriba un texto para pre?sentar uno de sus libros. Normalmente ocurre al revés: es el padre quien anda buscando la manera de presentar a su hijo a fin de que se abra paso en la vida. Pero mi padre sigue asombrándome: después de casi u veinte de obras, escritas a lo largo de medio siglo de intensa actividad intelectual, re?solvió que sea yo quien lo presente cuando en rigor, a estas alturas, el no necesita de die para figurar con luz y fama propia en el mundo pedagógico y educativo mexicano. Sin embargo, mi padre recurre a mi. Por supuesto, mi padre es un hombre poco común que a lo largo de su vida ha hecho cosas mas inusitadas todavía.