INTENTO DE LA REFORMA ECONOMICA DE MEXICO

INTENTO DE LA REFORMA ECONOMICA DE MEXICO

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$ 27.00
Pesos mexicanos (MXN)
AGOTADO. Informes: Llame o Escribanos
Editorial:
PORRUA
Año de edición:
ISBN:
978-968-6664-17-1
Páginas:
285
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Este es un ensayo de política económica, que trata de valorar los sucesos económicos ocurridos en México, especialmente el intento de reforma económica a principios de los años 70. Al comienzo de dicha década, los políticos y los creadores de la política económica se dieron cuenta de que los objetivos tradicionales de crecimiento del ingreso per capita y la estabilidad de los precios y de la balanza de pagos ya no eran suficientes. Por consiguiente, se sumó un nuevo objetivo, a saber, la mejora de la distribución del ingreso y, quizá lo más interesante, el aumento de la intervención del Estado en la actividad económica. Por consiguiente, se trabajó por empezar a traducir el principio de igualdad en verdadera realidad económica. Fui afortunado al poder ser testigo de este proceso -algunas veces testigo muy cercano- como Director de Programación Económica de la Secretaría de la Presidencia, de 1971 a 1975. Cuando Luis Echeverría asumió la presidencia de México, en 1970, el país estaba preparado para el cambio. Desde la presidencia de Cárdenas en la década de los 30s, México disfrutó de estabilidad política y crecimiento económico. Las políticas de Cárdenas, en especial sus reformas sociales y económicas, se convirtieron en el centro de la Revolución Mexicana y, al final de su gobierno, tomaron forma las principales características institucionales del México moderno. El principio de la década de los 40s marcó el inicio de la fase de la ´unidad nacional´ y el fin de las luchas ideológicas y de clase que prevalecieron en los años anteriores. Los años 60 presenciaron la conclusión de esa etapa de la historia de México. Por primera vez durante esta década, México alcanzó una relativa estabilidad de los precios, y esta estabilidad, aunada al crecimiento económico sostenido, se conoció como Desarrollo Estabilizador. Este concepto fue una racionalización a posteriori de la cadena de sucesos económicos posteriores a la devaluación de 1954 y al subsecuente aumento inflacionario repentino y de breve duración que le siguió. Políticamente, el periodo de Desarrollo Estabilizador significó una coalición -algunas veces llamada la ´alianza del desarrollo´- de los beneficiarios del progreso económico, a saber, la mano de obra organizada, la burocracia oficial y los empresarios privados. A fines de los años 60, las políticas económicas del Desarrollo Estabilizador llegaron a estar sujetas a críticas crecientes. El tema principal era la distribución del ingreso. Fue evidente que las familias de la mitad inferior de la escala de ingresos estaban peor, relativamente, sin tomar en cuenta los testimonios de los indicadores de producción. La insatisfacción política general, que privaba en la clase media (a pesar de o quizá debido al hecho de que recibió muchos beneficios durante el periodo del Desarrollo Estabilizador) se expresó, en forma dramática, durante los disturbios estudiantiles de 1968. La represión policiaca del movimiento convirtió al gobierno de Díaz Ordaz en un régimen impotente, incapaz de tomar la iniciativa en asuntos de importancia nacional. Los observadores de los asuntos mexicanos comentaron que el desarrollo político de la nación iba a la zaga de su crecimiento económico, que las instituciones políticas se habían vuelto anticuadas y la movilidad social se había congelado. En este momento, el nuevo presidente, Luis Echeverría, hizo un llamado al país, en su discurso de toma de posesión en diciembre de 1970, en el que pidió a todos los mexicanos que lo apoyaran en su labor de ofrecer a México una sociedad más justa y equitativa. El primer capítulo de este libro examina el periodo del Desarrollo Estabilizador, con el fin de ofrecer al lector las bases necesarias para juzgar el ambiente en el que se emprendieron las tentativas de reforma económica. El capítulo es un fragmento de economía aplicada, que trata de valorar los ahora muy frecuentes ataques contra esa fase de la política económica. Los tres capítulos siguientes tratan de los objetivos que, en materia de política económica, se fijó el gobierno de Echeverría, el intento de la reforma fiscal, y el cambio de la estructura y de las prácticas del gasto público. El capítulo final evalúa esta experiencia y hace algunas inferencias con respecto a la toma de decisiones en la política económica y las limitaciones que enfrenta un gobierno que desea utilizar la política económica como instrumento para la promoción del bienestar social. El estilo varía en las diferentes secciones del libro. El primer capítulo muestra la neutralidad del tema tratado, que se espera de un economista. Los tres capítulos siguientes describen sucesos en los que tomé parte y, por consiguiente, están escritos desde un punto de vista mucho más personal, el último capítulo contiene ideas posteriores, que me facilitó el ambiente intelectual de la Universidad de Princeton, tan propicio al pensamiento sereno y reflexivo. Incluí intactos algunos documentos del gobierno, que se prepararon en la precipitación del momento. Estos documentos se escribieron con rapidez, por lo general, en unas cuantas horas y, por siguiente, contienen algunos análisis incompletos y su estilo es deficiente. Decidí arreglarlos, con el fin de dar al lector un panorama fresco y honesto de las presiones, satisfracciones y frustraciones de un asesor económico. Deseo expresar mi agradecimiento a Sir W. Arthur Lewis, John P. Lewis, Albert Hirschman, Arnol Harberger y Larry Sjaastad, por sus valiosas sugerencias y comentarios. También, deseo agradecer a Jirina Rybczek, cuya ayuda editorial hizo posible concluir este libro mucho antes de lo esperado. Procede la liberación de responsabilidades acostumbrada.

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