¿Quién es este hombre que hasta el mar y las olas le obedecen?Estas fueron las palabras de los apóstoles, todavía llenos de miedo, al ser testigos del gran poder de Dios manifestado en Jesús. No cabía duda de que aquel hombre que les anunciaba la llegada del reino de Dios era capaz de calmar una tormenta en medio del mar. Por eso los discípulos y la gente lo seguían, con la esperanza de cambiar sus vidas.