Daniel González Dueñas y Alejandro Toledo trazan en Josefina Vicens: la inminencia de la primera palabra un itinerario de la lectura de las dos obras maestras de la autora tabasqueña -El libro vacío y Los años falsos-, par de novelas que bastan para darle un lugar sobresaliente en la narrativa del siglo XX. Los autores, en un estilo muy propio, saben convertir la entrevista-ensayo que tan bien practican, en una guía para quien no conoce las obras, una nueva y refrescante manera de mirarlas para quien ya las ha leído, siguen decursos sobre su abundante actividad en el cine, sobre su idea del oficio y su visión del mundo, lo que otros han escrito sobre ella en un apasionante viaje que es en cierta manera una tercera novela. La escritura de Vicens es uno de esos casos raros de la literatura en que siendo bien estudiada por la academia y frecuentada por los lectores inteligentes, no agota ni define su ocurrir en la página. Es una obra de dos puertas cuyas batientes están en perpetuo movimiento -abiertas, cerradas, abiertas- en perpetua invitación al lector.
