Ana tiene los ojos un poco descompuestos. A cualquiera le pasa, no es nada grave. La mamá de Ana lo sabe y con toda calma lleva a su hija al especialista, el señor Barbatús, que le enseña una gran cantidad de lentes: para ver más claro es decir, todo blanco, de aumentoes decir, que hacen observar todo más grande de lo que es, para vista cansada es decir, que sólo sirven para dormir. Desde luego, estos anteojos sólo pueden venir de un especialista, sí, pero en trucosde magia, no en oftalmología.